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sábado, 31 de mayo de 2025

carta No. 291: ¡Vivir plenamente nuestra fe!

 

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 291– 1 de junio 2025
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¡Vivir plenamente 

nuestra fe!

“El ambiente humano y el ambiente natural se degradan juntos, y no podremos afrontar adecuadamente la degradación ambiental si no prestamos atención a causas que tienen que ver con la degradación humana y social. De hecho, el deterioro del ambiente y el de la sociedad afectan de un modo especial a los más débiles del planeta…Los más graves efectos de todas las agresiones ambientales los sufre la gente más pobre. (Papa Francisco, Laudato si n.48). 


El 23 de mayo de 2025, la Iglesia del Vicariato de Aguarico y la Iglesia del Ecuador recibimos una gran noticia que nos llena de inmensa alegría: en Roma, el Papa León XIV declaró “venerables” a Mons. Alejandro Labaka y a la Hna. Inés Arango, misioneros que entregaron su vida al ser alanceados como mártires por defender a los Tagaeri, pueblo amazónico en aislamiento, amenazado por la expansión agresiva de la industria petrolera. Esta proclamación reconoce que ambos vivieron y practicaron virtudes cristianas de forma heroica, y representa un paso fundamental en el camino hacia su beatificación. Desde ahora pueden ser venerados oficialmente por nuestra Iglesia ecuatoriana.

Esta declaración coincide providencialmente con los diez años de la encíclica Laudato si’ del Papa Francisco, publicada el 24 de mayo de 2015. Un hito clave para la Iglesia contemporánea, dedicada al cuidado de la “casa común” y de los más pobres y excluidos, como los pueblos en aislamiento. En ella, Francisco se inspira en San Francisco de Asís. Al igual que él, Alejandro e Inés fueron franciscanos: él capuchino, ella terciaria capuchina.

Ambos entregaron su vida en la Amazonía ecuatoriana, defendiendo a pueblos aislados considerados un obstáculo para el desarrollo. Su compromiso fue total, como expresó Mons. Alejandro: “Si no vamos nosotros, los matan a ellos”. Esta convicción los llevó al martirio el 21 de julio de 1987.

No fue un hecho aislado. Toda su vida fue coherente con esa entrega. Alejandro dedicó buena parte de su misión pastoral a la defensa de los derechos de los pueblos indígenas de la Amazonía; Inés asumió con firmeza esos mismos valores desde su incorporación al Vicariato en 1977. Ambos veían en la cultura y la cosmovisión ancestral de esos pueblos las “semillas del Verbo” que Dios sembró desde el origen. Promovieron una evangelización profunda y respetuosa, articulada con la defensa del territorio y de la vida, como lo han hecho tantos otros misioneros y laicos comprometidos en Aguarico.

Vivieron una fe encarnada, uniendo el amor a las personas con el respeto profundo a la naturaleza esplendorosa de la selva. Porque, como recuerda Laudato si’, “no puede ser real un sentimiento de íntima unión con los demás seres de la naturaleza si al mismo tiempo en el corazón no hay ternura, compasión y preocupación por los seres humanos… Se requiere una preocupación por el ambiente unida al amor sincero hacia los seres humanos y a un constante compromiso ante los problemas de la sociedad” (n. 91).

En honor a su memoria, la Iglesia del Vicariato de Aguarico realiza cada año en julio una peregrinación/caminata que parte desde Quito y otros lugares de la Amazonía hasta llegar a El Coca, donde descansan sus cuerpos. No es solo un acto de recuerdo, sino un verdadero compromiso con la vida, los derechos de los pueblos y la defensa de la casa común. Es admirable la cantidad de jóvenes y personas adultas que se suman cada año a esta expresión viva de una Iglesia que camina, que sueña, que lucha y que se abre a todos.

Alejandro e Inés, ahora venerables, nos siguen convocando. Su testimonio nos llama a vivir una fe coherente, profunda, comprometida. Una fe que no se conforma con palabras, sino que se convierte en entrega, en riesgo, en amor radical. Porque “no hay mayor amor que dar la vida por los amigos” (Juan 15,13). #ComuniquemosEsperanza

 

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

 

 

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